miércoles, 22 de agosto de 2012

PALESTINA 8/7/2012: Negociaciones y peticiones frustradas


DESPUÉS DEL PARÓN... ¡¡VOLVEMOS CON MÁS TRABAJO!!


Por Lucía El Asri

Las negociaciones para establecer un nuevo tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) buscan llegar a un acuerdo sólido de regulación mundial de la venta de material bélico. Dichas negociaciones comenzaron el lunes 2 de julio de 2012, marcadas por la petición de Palestina de participar en ellas como Estado y no como mero observador. La petición fue respaldada por el grupo de países árabes en la ONU, con especial apoyo de Egipto, pero Estados Unidos se opuso y finalmente no fue aceptada. Riyad Mansour, representante permanente de Palestina en la ONU, alegó que la petición es «una obligación y un derecho», puesto que el Estado palestino ha sido reconocido como miembro de pleno derecho de la UNESCO, de manera que lo que tendría que haber sido el arranque de unas negociaciones esperadas y preparadas durante años, se convirtió en un debate diplomático sobre la cuestión palestina.

El suceso ha puesto sobre la mesa una cuestión que la ONU parecía haber olvidado: el 23 de septiembre de 2011, Mahmud Abbas, pidió el reconocimiento de Palestina como Estado ante la ONU y si se aprobara esa petición habría que establecer las fronteras del 4 de junio de 1967. A finales de octubre de 2011, Estados Unidos advertía de que la solución del problema palestino debía basarse en un acuerdo de paz entre Israel y Palestina; asimismo, también Estados Unidos calificaba error que Palestina siguiera presionando para lograr el reconocimiento de la ONU, en lugar de reanudar las conversaciones de paz con Israel: en ese sentido, en una reunión en el Consejo de Seguridad alegó que dicha petición «no avanzaría el proceso de paz, sino más bien lo complicaría, retrasaría, e incluso frustaría las perspectivas de una solución negociada». No obstante, Palestina mantiene su objetivo de ingresar en la ONU como miembro de pleno derecho, si bien su petición permanece bloqueada sobre todo  por la oposición de Estados Unidos. La posibilidad de un Estado palestino parece lejana mientras Estados Unidos mantenga su derecho de veto en la ONU y su apoyo a Israel.

Mientras tanto, Mahmud Abbas ha tenido que suspender la reunión con Shaul Mofaz, viceprimer ministro israelí, que iba a tener lugar en Jericó para retomar las negociaciones. El encuentro se canceló por la presión pública a la que se vio sometido el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), ya que cientos de personas se manifestaron el 3 de julio en Ramala frente a las oficinas de la ANP para pedir a Abbas que renuncie a los acuerdos de Oslo, firmados en 1993 con Israel, y para protestar contra la represión ejercida en una manifestación anterior.

Esa reunión hubiera sido el contacto más importante entre Palestina e Israel desde 2010, cuando se retomaron las negociaciones sobre el proceso de paz. El objetivo era acercar posturas entre Israel y Palestina tras dos años de parón en las negociaciones, provocado porque Israel continuaba con la construcción de asentamientos y con las detenciones. Todo se agrava con la crisis financiera que atraviesa la ANP, que ha visto rechazada la petición al FMI de un préstamo de 1 000 millones de dólares por no ser un Estado.

Y en estas circunstancias, la sombra de la muerte de Yasir Arafat, vuelve a los medios. El 3 de julio Al Jazeera puso sobre la mesa la posibilidad de que el presidente de Palestina hubiera sido envenenado, a raíz de que el Instituto de Radiofísica de Lausana haya determinado que se han encontrado restos de polonio-210 en la ropa de Arafat. Cuando el presidente pereció en 2004, algunas fuentes hablaban ya del posible envenenamiento, pero ahora, ante las nuevas pistas, la viuda de Arafat ha pedido la exhumación del cadáver, autorizada por la ANP, que además, exige una investigación internacional que determine las verdaderas causas de la muerte de su líder. Por su parte, Israel considera «ridículas» las sospechas de envenenamiento mientras aparecen nuevos rumores sobre el caso.